Estas con un hombre o Hambre...?

Tú no te imaginas Karina cuánto te amo! ¡eres la mujer más bella del mundo y te prometo que siempre estaré a tu lado pase lo que pase!.

- ¿De veras me amas Pepe? ¿Nunca me vas a engañar con otra chica?

- ¡Cómo crees que te voy a engañar! ¡mi corazón es solo para ti! Mujeres habrán millones pero tu eres la única reina de mi corazón! -esto ocurría en un pequeño y semi oscuro cuarto de un hotel alejado de la ciudad, la fecha era “propicia” ¡14 de febrero!

- ¿De verdad vas a estar conmigo para siempre? ¿nunca me vas a dejar? -dijo ella bien romántica y melancólica, le gustaban las palabras bonitas.

Pepe, experto en estas cosas y “recorrido”, la apretó contra él y la besó tiernamente en la mejilla. Él sabía que solo faltaba un poco más para el momento esperado.

- Tu pregunta me ofende mi amorcito ¿Cómo crees que yo te voy a fallar? -luego le dio un largo y profundo beso, se la quería pasar entera por la boca como si fuera chupetín- ¡estaré a tu lado hasta la muerte! ¡si tus padres se oponen lucharé contra ellos y no me separarán de ti!

Luego, ella pasó a ser una más de las miles de mujeres fracasadas: se entregó a él en aquella noche de “amor” y pasión. Era una chiquilla de 15 años y él era su primer enamorado ¡sabía que a esa edad se lo creen todo y son fáciles de engañar!.

Karina quedó aquella noche embarazada. Cuando se enteró le entró pánico y pensó en sus padres y en la vergüenza que pasarían. Se lo contó a Pepe para encontrar apoyo pero él cuando se enteró huyó y la abandonó para enfrentar sola la situación. Karina entró en un cuadro depresivo y angustioso terrible, no sabía que hacer ¡estaba desesperada por su embarazo y por la decepción de descubrir que todo lo que le había dicho su enamorado era mentira! En medio de esta situación tomó una decisión errada y cobarde ¡acabó con su vida bebiendo un fuerte veneno! Así llegó a su fin esta historia de “amor”. .

Señorita, si no quieres ser una más de las miles de chicas engañadas, fíjate bastante con quién estás: un HOMBRE o un “HAMBRE”, porque a los “hambres” solo les interesa tener tu cuerpo y acostarse contigo pero para nada le importas tu. Solo ven tus medidas y si no tienes más de noventa, sesenta, revienta, para ellos no sales en venta. En cambio a los hombres les importa amar, cuidar, proteger y ser fiel a una mujer. Si tú le importaras a un “hambre” te pediría matrimonio y no sexo, te respetaría y no te presionaría, te cuidaría y no te abandonaría. ¿De qué sirve tener al chico más simpático del mundo si no es un hombre de verdad, más bien es un “buitre hambriento”? Así que no interesan los bíceps ni los tríceps de los muchachos, tampoco sus músculos ni su dinero, lo que importa es que tengan buen corazón, y si lo tienen ¡qué importa que tengan cara de Mumra!. ¡Hoy hace falta hombres en nuestra generación porque está llena de “hambres” que después no quieren reconocer a sus hijos y llenan los juzgados para seguirles juicios por alimentos!.

¡Dios quiere jóvenes felices, alegres y dichosos! ¡jóvenes que gocen la vida y no que se suiciden! Pero tienes que saber señorita que la vida solo se goza OBEDECIENDO A DIOS. Entrégate a Cristo y conocerás la verdadera felicidad!.

¿Porqué hoy existen millones de jóvenes que viven vacíos, tristes y pensando en la muerte? Porque esos millones de jóvenes no están obedeciendo a Dios, por lo tanto es obvio que tengan esta clase de vida y de condición. No es por carencia de otra cosa sino por la carencia de que Cristo viva en sus corazones. No es por carencia de psicólogos, psiquiatras, médicos, dinero o religiones ¡estamos llenos de ellos pero no han logrado nada ni lo lograrán!. Escucha bien joven: SOLO SE PUEDE SER FELIZ CUANDO SE VIVE CON DIOS Y SE LE OBEDECE.

¿Y qué es lo que Dios ha dejado para obedecer? Pues está muy claro en la Biblia: “HUID DE LA FORNICACIÓN” (1º Corintios 6:18). Se refiere a huir de las relaciones sexuales prematrimoniales. Dios hizo el sexo para ser practicado solo dentro del matrimonio.


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ACERCA DE MI

Tuve mi encuentro con Jesus en febrero del 2013, Entonces oí la voz del Señor, que decía: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será mi mensajero?» Yo respondí: «Aquí estoy yo, envíame a mí.» (Isaías 6:8) muchos le llaman fanatismo, yo le llamo pasion.

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