En algún momento de la vida con Dios, la vamos a embarrar, y estás son una serie de cosas que creo seria bueno entender para esos momentos:
Su sistema Moral no vale: Porque lo primero que usted va a pensar según su moral es ” Dios es muy bueno conmigo y yo aquí embarrandola, lo mejor seria alejarme y ya”, NO tome esa decisión, pero si que sea El Espíritu Santo diciéndole que hizo mal, y recuerde que la tristeza que viene de parte de Dios es la que genera un cambio..
La Gracia sigue existiendo: ¿No le dice algo que a pesar de que Dios lo restauro la gracia no desapareció de su vida? Pues eso significa que en algún momento la va a embarrar de nuevo, Dios sigue trabajando en usted, Jesús vino por pecadores y si la embarro calificaría ”de nuevo” en esa “categoría” así que, le tengo buenas noticias, Jesús vino a buscarlo de nuevo..
Tome unos minutos para pensar: Lo mas probable después de embarrarla es que usted quiera tirarse al piso de rodillas, pedir perdón hasta que le sangren los ojos y pensar en un castigo justo, pero eso seria actuar sobre la emoción y podría prometer cosas que usted nunca va a cumplir como “no pecare jamas”, mas bien tómese unos minutos para pensar sobre la situación y luego si acercarse a Dios a hablar con la cabeza fría..
Cambie: Porque de nada sirve pedir perdón si usted no quiere cambiar, aunque Dios es el que lo libera del pecado, evite situaciones que lo puedan llevar a una tentación, recuerde “el que reconoce su pecado y se aparta alcanzara misericordia” ademas procure que alguien lo ayude y/o guié por este momento difícil..
El problema no es problema: En el fondo el pecado es amar mas lo que yo quiero que amar a Dios y lo que el quiere, pero esta es una buena oportunidad para entender como Dios nos ama, a pesar de lo mugre y lo poco que merecemos según nuestra moral ser amados, Dios todavía sigue amándonos y queriendo ayudarnos, así que aprovechemos ese acto de “coquetería” por parte de Dios, y odiar al pecado que nos hace despreciar eso tan bonito Él quiere para nosotros
ACERCA DE MI
Tuve mi encuentro con Jesus en febrero del 2013, Entonces oí la voz del Señor, que decía: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será mi mensajero?» Yo respondí: «Aquí estoy yo, envíame a mí.» (Isaías 6:8) muchos le llaman fanatismo, yo le llamo pasion.
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