Una mamá le mostró a su hija una semillita y le preguntó, ¿qué ves en ella? La niña le respondió con toda seguridad: una semilla, y la madre le dijo; es verdad, ahora es una semilla nada más, ¿pero como la ves en el futuro? La niña luego de pensar por un breve instante respondió: una fruta, un árbol, un bosque.
Muchas veces vemos a las personas solo en el estado presente y no con una proyección a futuro, que maravilloso es saber que Dios no nos ve solo por quienes somos ahora, sino que ve mas allá considerando nuestro potencial de desarrollo a través de la vida.
Jesús vio en Pedro uno de los hombres más valientes que guiaría al pueblo de Dios hacia su presencia, aún después de haberlo negado tres veces. También vio al apóstol Pablo, no como el temible y malvado hombre que perseguía a los cristianos sino como un hombre valiente capaz de predicar el Evangelio aún al alto precio de arriesgar su vida para ello.
Muchos de nosotros estamos como la semillita, quizás nos vemos en nuestro estado actual y nos sentimos pequeños o que no nos hemos desarrollado mucho. Pero la buena noticia es que Dios tiene una mirada muy distinta, El nos ve como personas que harán cosas grandes en el futuro.
Tal vez en este momento te estás sintiendo como Pedro que cuando negó a Jesús tres veces, se sintió un traidor, acusado por su propia conciencia, pensando que no servía para nada, o que ya no había oportunidad para él. Pero lo que él no entendió en ese momento era que Dios lo estaba preparando para hacer cosas grandes. En cada discurso de Pedro, miles de personas procedían al arrepentimiento y tomaban la decisión de creer en Jesús.
Cambia tu concepto de ti mismo y comienza a verte como Dios te ve. El tiene un propósito para tu vida, tal vez hoy seas una pequeña semilla, pero en el futuro serás un árbol hermoso que dará muchos frutos.
Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.
Jeremías 17:7-8
ACERCA DE MI
Tuve mi encuentro con Jesus en febrero del 2013, Entonces oí la voz del Señor, que decía: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será mi mensajero?» Yo respondí: «Aquí estoy yo, envíame a mí.» (Isaías 6:8) muchos le llaman fanatismo, yo le llamo pasion.
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